El monocultivo y la Gran Hambruna Irlandesa de la patata: ejemplos de desaparición de la variabilidad genética (3 de 3)

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Ignorar la historia
A pesar de las advertencias de la evolución y la historia, una gran parte de la agricultura sigue dependiendo de cultivos genéticamente uniformes. La plantación generalizada de una única variedad de maíz contribuyó, en 1970, a la pérdida de maíz por un valor de más de mil millones de dólares cuando un hongo devastó los cultivos de los EE.UU. Además, la dependencia de un único tipo de cepa de la vid obligó a los productores de uva de California a replantar aproximadamente 800 000 hectáreas de vides cuando una raza nueva del insecto filoxera de la vid (Daktulosphaira vitifoliae, a la derecha), una plaga, las atacó en la década de 1980.

Aunque la plantación de un cultivo único y genéticamente uniforme puede hacer que aumenten las ganancias a corto plazo, la teoría evolutiva y las lecciones de la historia ponen de relieve un efecto secundario indeseable: la plantación de cultivos genéticamente uniformes aumenta el riesgo de «perderlo todo» cuando cambian las variables ambientales, por ejemplo, si se introduce una nueva plaga o disminuye la pluviosidad.

Phylloxera pest on grapevine

 

 

• Fotografía de filoxera por cortesía de Jeffrey Granett, UC Davis Entomology Department

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El maíz y sus primos silvestres


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